El programa de vida de san Alberto Hurtado fue la sÃntesis de "Amarás a Dios con todo tu corazón...y a tu prójimo como a ti mismo".
Benedicto XVI, HomilÃa en la misa de canonización (23 de octubre de 2005).
JesÃta chileno, apoóstol del siglo XX en los ámbitos universitarios y obreros, su figura es gigante. Su fortaleza, tesón y las ganas de servir a Dios marcaron su vida. Su inmenso arrastre entre los jóvenes sobrepasó los lÃmites del colegio donde empezó sus primeros pasos apostólicos. Fue llamado como asesor de la Acción Católica Juvenil. Con sus jóvenes colaboradores recorrió la patria inflamando los corazones juveniles en el deseo de luchar por la gloria de Cristo.
Jesús lo llamaba. En cada lugar el padre Alberto Hurtado veÃa la cara de Cristo en los pobres. HabÃa muchos que necesitaban techo, abrigo y comida. Para ellos fundó el Hogar de Cristo en 1944. Sin tiempo para desfallecer siempre tenÃa un nuevo proyecto entre sus manos. Una nueva casa de acogida para los niños, talleres de enseñanza, más camas para las hospederÃas, eran algunas de las miles de ideas que rondaban en su cabeza. Pese a la incomprensión de muchos, siempre encontraba la fuerza para seguir sirviendo a Cristo. TenÃa 51 años cuando le diagnosticaron cáncer. Hasta el final se mantuvo alegre y contento, siempre dando una palabra de esperanza y apoyo a quien lo visitaba.