El cochecito rojo era feliz viajando solo, por la ciudad y por el campo, de noche y de dÃa. Pero, un dÃa se dio cuenta de que lo que él querÃa en realidad era viajar por el mar. Al tener conciencia de que no podÃa hacerlo se quedó muy triste y desolado en la orilla. Una mañana se encontraba llorando por su imposibilidad de viajar por el mar, cuando, de repente, del agua surgió un cochecito amarillo. El cochecito rojo se quedó sorprendido y le preguntó al cochecito amarillo cómo lo hacÃa. Este le contó su secreto y los dos se fueron juntos y felices a viajar por el mar.