Vincent Van Gogh (1853-1890) le escribió sólo a su hermano Theo mas de seiscientas cincuenta cartas, muchas de ellas de una extensión de varias páginas. Vincent y Theo, que vivieron separados prácticamente toda su vida de adultos, sentÃan un profundo afecto mutuo, que jamás se vio empañado por las ocasionales disputas que a veces se producÃan entre ellos (y que, por supuesto, aquà se reflejan). Ambos hermanos sentÃan la imperiosa necesidad de reemplazar con cartas los interminables diálogos que se hubieran establecido entre ellos de haber vivido juntos. Lo prueba el hecho de que esta correspondencia se interrumpe durante los meses que Vincent pasa junto a Theo en ParÃs, entre 1887 y 1888. En este epistolario, un testimonio desgarrado frente a la vida, Vincent no sólo volcó sus ideas sobre la pintura sino también sobre al realidad que lo rodeaba. Aquà también se percibe la evolución pictórica del artista, enmarcada en la progresión dramática que va tomando la correspondencia. Se muestra que todo cuanto él pintaba, hacÃa o decÃa era producto de una misma sensibilidad. La escritura de Van Gogh, a menudo dura y poblada de errores de construcción y puntuación, no es, en apariencia, 'literaria', pero es absolutamente auténtica y de una extraordinaria fuerza. El lenguaje de Vincent Van Gogh es el de un hombre que escribe como habla, y que dice las cosas tal y como las siente, sin rodeos ni circunloquios.