Una vida puede ser gris, rutinaria y satisfactoria. También variada, aventurera, brillante, exitosa y divertida. Asimismo encerrar amargura, frustración, dolor y tristeza. Lo usual es que sea una mezcla, en diferentes dosis. La existencia de Eugenio Suárez -que va camino de cumplir los 86 años de edad- es una amalgama donde predominan sucesos extraordinarios. Podría decirse que fue un individuo precoz, en sus estudios, en sus tropelías juveniles, en su rápida maduración encuadrada en el marco de la Guerra Civil, su temprano matrimonio, el desarrollo de unas cualidades literarias que encauzó por el periodismo, tanto el ejercido en casi todas sus parcelas como en el mundo de la edición. A los 22 años dirige un semanario de empresa; a los 24 vive la Segunda Guerra Mundial, como corresponsal fijo en la ciudad de Budapest, hasta la inminente entrada de las tropas soviéticas. A los 33 crea uno de los periódicos más populares: El Caso, que rompe el techo de las tiradas en la Prensa española. A su sombra edita otros doce o trece títulos, alguno de gran calado en la sociedad española, como Sábado Gráfico. Cercano a los 70 años su empresa se viene abajo, por diferentes contrariedades, y ha de volver a utilizar la pluma para sobrevivir, lo que hace hasta ahora mismo. Un largo recorrido cuyas circunstancias le permitieron asistir a importantes acontecimientos y tratar a personajes de todo relieve. Escribe las presentes memorias con gran lealtad hacia la verdad, hacia sí mismo y sus recuerdos, con un estilo ágil, en un idioma que conoce y ama. La trayectoria vital de Eugenio Suárez estuvo sembrada de éxitos y triunfos sociales y económicos, pero también de terribles adversidades íntimas. Ha intentado desterrar la amargura de sus últimos años y confiesa que la publicación de estas memorias, que nada tienen de ajuste de cuentas con nadie ni con nada, le ha aligerado el corazón. Es la historia de una época vista desde un rincón privilegiado.
