Lo que hace de este libro un clásico del pensamiento polÃtico de la modernidad es el modo en que elabora una teorÃa de la soberanÃa como sujeto y una formulación del punto de vista de la legitimidad como instancia crÃtica. El Contrato social constituye la primera parte doctrinal de una obra sobre Instituciones polÃticas en la que el autor comenzó a trabajar hacia 1750 y que, probablemente por razones teóricas, nunca terminó.