Al principio, Lark confiaba en que se tratara de una pesadilla: estaba segura de que si cerraba los ojos se trasladarÃa de nuevo a su confortable cama de caoba en su espacioso dormitorio de Eddington Hall, y todo saldrÃa bien. Su padre, el conde de Roxburgh, no se habrÃa suicidado y ella no estarÃa en la prisión para deudores de Marshalsea. Desgraciadamente esos dÃas ya nunca volverÃan...
Pero antes de que Marshalsea mostrara su peor cara, apareció el conde de Grayshire. Mientras el resto de la alta sociedad londinense miraba hacia otro lado, él pagó su deuda y la sacó de la cárcel. Pero, ¿con qué propósito habÃa comprado su libertad?
Lo primero que hizo el conde fue llevarla a su mansión de Cornualles, una tierra plagada de secretos inconfesables, llena de contrabandistas, corsarios y leyendas legendarias. Pero lo que resultaba todavÃa más peligroso, el conde de Grayshire le habÃa robado el corazón. Lark temblaba de deseo cada vez que el misterioso marino aristócrata, de rostro adusto y mirada penetrante y dura como la obsidiana, se acercaba a ella.
Como Lark descubrirÃa pronto, aquello no era un sueño.