Dos veces México contiene "Manuel el Mexicano" y "El guijarro blanco", dos novelas en las que el entusiasmo se despierta cuando leemos sus páginas emocionadas y apasionantes. La pasión fascina, es lo que nos dicen estas novelas, porque algo sagrado nos revelan de la tierra mexicana, algo que sólo puede ser entendido por el corazón. En la obra de Carlo Coccioli el sustrato católico es innegable y permanece en ella a pesar de las posturas adoptadas ante otras religiones.
