Viajar es una forma de ir al encuentro con la belleza que habita en el paisaje de otro continente, al otro lado del océano. Es un encuentro con la gente que lo habita y con la familia que nos espera jubilosa por acogernos en su hogar. Me preparé para el viaje. Purifiqué todos mis sentidos para absorber por ellos las formas, las texturas, los colores, los olores y el calor del verano en el desierto y en las playas cercanas a la ciudad de Hermosillo, estado de Sonora, México. Me recogí en los atardeceres y en los amaneceres de la ciudad infinita. Recordé los campos de Castilla.
