Las aulas escolares son espacios privilegiados para construir nuestras interpretaciones acerca de la realidad, para abrir nuestro imaginario y para vislumbrar otras posibilidades. Este "sentido común" socio-históricamente construido convierte en evidente lo que se puede y podrÃa hacer, asà como lo que se deberÃa hacer; y, de modo simultáneo, transforma en ilógicas, irracionales o imposibles a otras alternativas certeramente posibles y reales. En esta obra se visibilizan las funciones que en cada momento histórico desempeña el sistema educativo y se analizan los cometidos que se les asignan a las polÃticas educativas que se legislan y a las reformas que los gobiernos llevan a cabo para ir reconfigurando un especÃfico tipo de ciudadanÃa, un tipo de personalidades coherente con el ideal de sociedad que las élites dominantes avalan. Entender el momento presente exige explicitar las ideologÃas polÃticas que legitiman las caracterÃsticas de las polÃticas económicas, financieras, laborales, pues las reformas educativas potencian y privilegian aquellas dimensiones del ser humano que son adecuadas para reproducir esas polÃticas, afianzarlas y perpetuarlas. Para ello se reforman los sistemas educativos que priman un determinado tipo de contenidos culturales, competencias y valores; también unas determinadas áreas de conocimiento y asignaturas, al tiempo que se minimizan otras que podrÃan amenazar la viabilidad de educar personalidades neoliberales, conservadoras católicas y neocolonialistas. El autor explicita también por qué sigue creciendo la doble red de instituciones escolares: pública y privada, y lo que está en juego en esta dualización. Desgrana las distintas filosofÃas y razones de ser de cada red y sus consecuencias. No podemos olvidar que la razón de ser de la red pública es ayudar a construir un ?nosotros? verdaderamente inclusivo, que tiene como referente el bien común; verse como ciudadanas y ciudadanos que en un marco de pluralidad y de democracia aprenden a escuchar, debatir, trabajar y colaborar con quienes piensan de otra manera. Asimismo, se argumenta la urgencia de atender a la formación y actualización del profesorado, dado que el colectivo docente simboliza una ciudadanÃa activa; un colectivo de intelectuales públicos y profesionales crÃticos y responsables. Estamos ante una mirada polÃtica desde la polÃtica de lo común. La dimensión de ciudadana y de ciudadano es una conquista social tÃpica de una democracia, que coloca en primer plano atributos de equidad, justicia e igualdad de derechos. Por tanto, la detección de las desigualdades e injusticias humanas es algo que conlleva una ciudadanÃa educada para prevenirlas, y atenta a detectarlas y a resolverlas, y nunca dispuesta a asumirlas como irresolubles o "naturales" con un destino sujeto a los caprichos de un sistema (neoliberal, conservador y neocolonialista) excluyente. Entrevista a Jurjo Torres Santomé: "La educación laica, democrática e inclusiva para todas y todos es una meta muy distante en este momento". https://bit.ly/2qQDzBx