La idea de la obra surgió de la lectura de Lacan y de una sugerencia de Arthur Miller, quien se sentía fascinado por la historia de la conquista de México, por el encuentro dramático entre un hombre que lo tenía todo, Moctezuma, y otro que nada tenía, Cortés. El poder y la palabra. Moctezuma o el poder de la fatalidad; Cortés o el poder de la voluntad. Entre las dos orillas del poder, un puente: la lengua, Marina, que con las palabras convierte la historia de ambos poderes en destino: el conocimiento del que es imposible sustraerse. Destino en y de la muerte, el sueño, la rebelión y el amor, le dice la Malinche a su hijo, el primer mexicano: muerte, sueño, rebelión y amor, no en cualquier orden, sino precisamente en éste, que indica los grados crecientes de la dificultad, de la carga y de la realización plena. Lo más fácil, entre nosotros, será morir; un poco menos fácil, soñar; difícil, rebelarse; dificilísimo, amar. Todos los gatos son pardos es a la vez memoria personal e histórica.Siglo XXI publica por primera vez en España la incursión inicial en el teatro del gran escritor mexicano.Carlos Fuentes (Ciudad de Panamá, 1928), uno de los escritores mexicanos más conocidos de finales del siglo XX, tiene una vasta obra que incluye novela, cuento, teatro y ensayo. Cabe destacar, entre toda su producción, Aura (1962), La muerte de Artemio Cruz (1962) y Terra Nostra (1975). Ha recibido numerosos premios, entre ellos, el Premio Rómulo Gallegos en 1977, el Premio Cervantes en 1987, el premio Príncipe de Asturias en 1994 y, en 2009, la Gran Cruz de Isabel la Católica. Siglo XXI acaba de reeditar Zona sagrada. y la pieza teatral Todos los gatos son pardos.