Cinco novelas que ni son ejemplares ni son póstumas. Y que no son propiamente novelas. Transgrediendo las convenciones narrativas de la época, son relatos profundamente singulares que ofrecen gran interés en la explicitación de sus mecanismos (anti)narrativos. Presididos por un común signo antimimético y arreferencial, irradian su potencia subversiva a través del humor, la ironía y los numerosos modos de la parodia. Fernando Burgos señalaba que en ellos se daba la búsqueda de otro logos: en mi opinión, exceden los marcos del logos para articular una prosa rupturista con el canon realista- naturalista que ha dominado las décadas anteriores y que se inserta plenamente en el conjunto de búsquedas vanguardistas: de ese modo, movilizan el lenguaje narrativo hacia propuestas estéticas que hacen estallar los corsés del idioma. Los cinco cuentos, aunque presentan diferencias entre la parte en común y la escrita solo por Huidobro, están signados por la burla y el sarcasmo, por el humor desestabilizador que pone en jaque moldes escriturales, personales y sociales para atentar contra cualquier imposición de valores
