Ni la poesÃa épica, ni la dramática, atrajeron al genio literario chino. La lÃrica fue la senda de su predilección. La amistad, más bien que el amor, el paso del tiempo y la nostalgia, la partida a lejanas tierras, el regreso al cabo de los años, las angustias de la guerra, viajes que se transmutan en los paneles de un biombo literario: he ahà algunos de los temas que cantan, con refinada simplicidad, los poetas seleccionados y vertidos del chino, magistralmente, por Arthur Waley. Se destaca, sobre todo, a Po Chü-I, uno de los poetas mayores de la dinastÃa Tang (618-907 d.c.), Edad de Oro de la poesÃa china, cuando, según dice un crÃtico, «dondequiera que habÃa un hombre, habÃa un poeta». La doctora LucÃa Carro Marina, que al conocimiento de la cultura china une su dominio de la lengua inglesa, ha vertido en español esta edición, en la que se conserva la tradicional forma de transcripción, utilizada por Waley, de los nombres chinos.