Todo lo que creÃas, ahora es duda.
Todo en lo que confiabas, polvo.
Se acabó.
¿Cuánto tiempo podemos fingir
que lo tenemos todo bajo control
antes de que se destroce en añicos?
Cerré los ojos.
Me sequé cuidadosamente el lagrimal.
No iba a ser cosa de un dÃa.
Pero en todo camino
hay un dÃa uno.
A partir de ese momento
de mis miedos
brotarÃan amapolas
y harÃa
de mis trizas,
corazón.