En 1965 El buen salvaje ganaba el Premio Nadal por unanimidad del jurado, lo que ocurrÃa sólo por segunda vez en los veinte años de vida del concurso. Se trataba de la novela de un autor colombiano que vivÃa en Madrid y que narraba la vida de un joven escritor sudamericano que intentaba sobrevivir y escribir una novela por los cafés de ParÃs. Si entonces la obra fue celebrada como una novela picaresca, moderna, literaria y decadente, que homenajeaba y parodiaba a Proust, Gide, Balzac, Victor Hugo o el mismo Dostoievski, andando los años se desveló como el antecedente de otras obras reseñables, como La vida exagerada de MartÃn Romaña, de Brice Echenique, o Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño; sin olvidar que el tiempo en que fue escrita coincidÃa con el de la Rayuela de Cortázar. El buen salvaje desapareció de las librerÃas españolas hace muchos años, y hoy es un tÃtulo totalmente desconocido. Y sin embargo su lectura se hace más divertida, paródica y original que nunca. La historia de un joven becario que quiere escribir una obra maestra mientras se deja llevar por los bajos fondos de un ParÃs canalla y alegre. Y uno tiene la sensación de que este buen salvaje es el inicio de todo.