Harry Benson, propenso a incontrolables ataques de violencia, está bajo vigilancia policial después de haber atacado a dos personas. El doctor Roger McPherson, jefe de la prestigiosa unidad de Investigación Neuropsiquiátrica de un hospital de Los Angeles, está convencido de poder curar a Benson con una terapia denominada Etapa 3: una cirugía experimental que consiste en implantar unos electrodos en el cerebro del paciente que rijan su voluntad mediante pequeñas descargas. La operación es un éxito relativo, porque aparece una contraindicación imprevista: Benson ha aprendido a controlar las descargas, ha aumentado su frecuencia y ha escapado del hospital. Es un maníaco homicida perdido en la ciudad; nada podrá detener sus impulsos asesinos e impedir su agenda mortal.
