Todos los pronósticos hacÃan presagiar el declive definitivo de la religión. Pero no ha sido asÃ. Diversos sÃntomas apuntan hacia un retorno de lo sagrado, un reencantamiento del mundo, la recuperación de la espiritualidad. Este resurgimiento religioso adopta diversos rostros que hacen difÃcil su estudio e interpretación. Pero su denominador común es la sintonÃa con las coordenadas socioculturales posmodernas. Se produce asà una ruptura entre la vivencia personal y los referentes culturales de la propia tradición. El individuo asume el protagonismo en la elaboración de sus creencias y la globalización le aporta los contenidos religiosos a partir de los cuales confeccionar su credo particular. El divorcio entre experiencia y tradición también va acompañado de la desarticulación del entramado religioso al desconectarse entre sà los elementos que vertebran una tradición (doctrina, rito, norma e institución), generando nuevas configuraciones más acordes con los nuevos parámetros sociales.
