En la obra, el amor que siente Garth por Jane está lleno de cortesÃa y de respeto, al mismo tiempo que de devoción, de perseverancia y de mesura que no empañan el ardor de la pasión. Jane al considerarse una mujer fea, no cree que el amor de Garth, apasionado por todo cuanto sea bello, pueda soportar el paso del tiempo, al no ser el suyo uno de esos rostros que se desearÃa tener siempre ante la vista y que hacen pensar con deleite en la posibilidad de verlos todos los dÃas ante la mesa. La inseguridad de Jane lleva a la pareja a una dolorosa separación, que según la fe religiosa de ambos es la cruz que deben soportar.