Según el autor de este libro, los Ejercicios de san Ignacio ayudan a una experiencia de Dios en una dirección precisa: la progresiva configuración con Jesús, Cristo, que es la imagen y arquetipo de la divina humandiad. En esta experiencia mÃstica de la configuración con Cristo la entrega personal se raliza mediante la elección.
El fin de toda verdadera experiencia cristiana, la unión con Dios, sufre una nueva interpretación: la ascensión de las tres vÃas clásicas se transforma en una subida en espiral. La elección aparece desde el comienzo, aunque no se realiza hasta el momento de la plena transformación personal. Es el momento de la unificación de amor y conocimiento en un acto único de entrega total. El ejercitante inicia entonces la vÃa unitiva (vida, según Ignacio). Ignacio ignora prácticamente este término de vÃa unitiva, puesto que la unión serÃa sobre todo reposo, mientras que los Ejercicios conducen a incorporarse al movimiento encarnatorio de Cristo en un mundo todavÃa en dolores de parto.