Óscar Tinedo y Marlon Castellanos del Tejar fueron, un año cuya determinación poca importancia tiene para el desarrollo de la historia, dos de los más brillantes catedráticos de la Escuela de Letras de la universidad. Además, cada uno era el más encarnizado crÃtico del otro, si bien decir crÃtico sólo disfrazaba el término más preciso de enemigo; y sus diferencias en el campo humanÃstico habÃan desembocado en una agria brecha entre ambos. Durante aquella época, sus discusiones, acusaciones recÃprocas, intentos de desprestigio y devastadoras polémicas fueron el pasto predilecto del ganado intelectual que los circundaba. Cada uno acomodaba sus ideas para que aparecieran como indetenibles refutaciones de las del contrario, alcanzando la paranoia de emitir juicios acordes con los del rival para impedirle a éste cualquier eventual reacción. A pesar de todo, la sempiterna enemistad fue conducida con mucha altura por ambos hasta donde les fue posible, hasta donde el desborde de sus propias fuerzas se los permitió.