En una entrevista publicada recientemente, Andrés Chaves, al ser preguntado por cuál era el objetivo de este nuevo libro, que lleva ese título porque son unas memorias ôfácilmente digeriblesö, respondía: ôQue mis hijas sepan algunas cosas que le han ocurrido a su
padre, porque yo no sé contarlas cuando hablo con ellas. Y que los lectores también espabilenö. Del mismo modo, al abordar su aventura radiofónica al frente de Radio Burgado, Chaves ponía de relieve que ôfue un fenómeno de masas que pocos colegas reconocen y que llegó a batir todos los récords de audiencia. La segunda emisora más importante de Canarias, tras la Radio Club de Paco Padrón y por delante de las siguientesö.
El periodismo, en todo caso, siempre ha sido la vocación de Andrés Chaves, ôpero por culpa del periodismo -apuntaba en esa misma entrevista- dije que no a ofertas de trabajo que no debí rechazarö.
ôDecía Ortega y Gasset que ôla claridad es la cortesía del filósofoö. Si esta claridad es un mérito al escribir filosofía, ¿Cómo no va a serlo ejercer el periodismo?ö ôAndrés Chaves es un cronista que supo siempre que sus columnas sean devoradas por sus lectores, defensores o detractores de sus planteamientos, pero lectores que agotaban el último párrafo para averiguar qué se le había ocurrido ahora al escritor que reverenciaban o detestabanö
ôChaves ha huido siempre de lo ôpolíticamente correctoö, detesta la pompa, la afectación, las falsas rectitudes y deja libre el campo a su humor si límites, a su reírse de la vida y de todos los corsés que la sociedad nos imponeö
