AA.VV
Una vez, un amigo sacerdote me contó una anécdota. Se encontraba rezando el Rosario en su parroquia cuando un hombre se le acercó y le dijo: 'Padre: ¿usted reza?'. Mi amigo le contestó: 'Sà hijo, rezo. ¿Y tú?'. A lo que el hombre le respondió con aires de gran mÃstico: 'No padre, yo no rezo, yo oro'. Entonces el sacerdote reaccionó con simpatÃa: 'Hijo mÃo, yo lo hago mejor que tú, porque yo, mientras rezo, oro'. De eso se trata. De orar con el Rosario. De orar mientras se reza. De hacer de la rutina del Rosario de cada dÃa una novedad. Dios puede. El puede hacer nuevas todas las cosas en nuestra vida. Continuamente las hace. Es cuestión de dejarse llevar. Y el Rosario nos lleva. Estas páginas no pretenden ser una guÃa para rezar el Rosario. Preten-den compartir una experiencia, un descubrimiento que a muchos nos cambió la vida: que el Rosario no se reza, que con el Rosario se ora. Cristina González Alba nació en Sevilla y estudió Derecho en esa ciudad. Casada y con seis hijos, vive en Argentina, en la ciudad de RÃo Grande, en Tierra del Fuego, donde desarrolla su actividad profesional. Profesora de Derecho, Historia y Etica en la Universidad de RÃo Grande, colabora asiduamente en los programas de formación de catequistas.