La historia es conocida: un joven de apenas diecinueve años gana en 1953 el Premio Adonais con un libro deslumbrante, Don de la ebriedad. NacÃa asà para la poesÃa española una de las voces más originales e intensas de la segunda mitad del siglo XX. Luego vendrÃan otros libros, cada vez más espaciados y meditados, que han confirmado a Claudio RodrÃguez como uno de los poetas excepcionales de la ya extraordinaria generación de los 50. Nos honra ahora acoger su poesÃa completa, en una versión fijada por el propio autor como definitiva.La lectura de sus cinco libros nos trae de nuevo el estremecimiento de un poeta en estado puro, y la constatación de cómo sus obras reflejan las etapas de una biografÃa: el entusiasmo y la exaltación panteÃsta propios de su adolescencia y juventud, la integración del dolor y el sufrimiento en su mundo poético, del que se hace eco su libro Alianza y condena, y la preocupación por la vejez y la muerte de Casi una leyenda, su testamento poético. Poeta visionario y órfico, poeta de la revelación y de la fusión con el universo, Claudio RodrÃguez es, en este sentido, el cantor de lo primordial, cuyos versos se consagran al ciclo de la vida y a lo que ésta tiene de muerte y renacimiento.Pero nada de eso serÃa novedoso si no fuera por la magia del lenguaje, que roza el misterio y conjuga fervor y enigma, que eleva lÃricamente la realidad más prosaica y cotidiana en hermosas reverberaciones y que, sobre todo, seduce por una asombrosa andadura rÃtmica.
