A medida que avanzas en la lectura de esta novela sentirás que también habla de ti. Descubrirás que habla de aquellos extremeños que residen fuera de su comunidad, como de aquellos otros que encontraron cobijo y oportunidades en la región. Que habla de coterráneos que pueblan las orillas al norte y al sur del Tajo y del Guadiana y de aquel que siente la Tierra en la carne o La huella del aire. Que habla de mujeres y hombres siempre firmes al compromiso por la cultura de sus pueblos. Que habla de gente sencilla, sincera, hospitalaria, de gente honrada y gente trabajadora. De la probidad del coprotagonista llevada al límite cuando se trata de tender una mano amiga y del amor por su tierra. De las debilidades que nos convierten en esclavos sociales; de superación y esfuerzo, de la defensa de la identidad, del folclore y del hecho extremeño. De encinas y pastos, de literatura e historia, de terrones y surcos, de volver a la vida o de ser eterno.
Tan solo era necesario combinar los ingredientes adecuados arrancados a los sentimientos, las emociones y la pasión para lograr escribir las páginas de esta novela tan real Como disponga el olvido.
