Algunos debates que podrÃamos denominar tradicionales se mantienen vivos. Uno de ellos -a todas luces decisivo en el ámbito cultural, es el de la modernidad. La producción en masa del libro tiene una fecha histórica clara de 1450. Ese año, aquel centroeuropeo con ojo de pez comercial rompió con el tradicional modelo de escr itura a mano y elevó la prensa de uva a la categorÃa de bien cultural de primer orden. Con ello se iniciaba el camino de la homogeneización, ciertamente tan criticado en la actualidad en otros ámbitos pero con un peso decisivo en lo que se conoce como la modernidad es decir, la estandarización y la planificación de los procesos económicos. Y la tipografÃa es uno de ellos. Si Jürgen Habermas afirmaba que la modernidad es un proyecto en marcha , no es menos cierto que alguien tiene que fijar sobre el plano dicho proyecto para que el pensamiento humano pueda conocer las miradas que ese proyecto ha ido incorporando en fases sucesivas. Esa es la labor que ha emprendido Robin Kinross con este libro, TipografÃa moderna, en el que aún a costa de restringir su mirada a Occidente va saltando de los paÃses a los movimientos culturales y de estos a los tipógrafos para forjar el que con toda probabilidad es el más detallado libro que el lector puede encontrar en la actualidad en los anaqueles de cualquier librerÃa de Europa o América para conocer imprenta, tipografÃa y tipógrafos en unos tiempos en los que el ordenador parece quererlos erradicar. No se trata tanto de una reivindicación, cuanto de un posicionamiento que ayudará al lector en su mirada propia de la cultura.